La problemática de colonias ferales (grupos de gatos asilvestrados) afecta a todo lugar en donde no se implemente un sistema de control eficiente de la reproducción de esta especie, debido a su ritmo de reproducción vertiginoso.

Las gatas son poliéstricas, pueden entrar en celo a los 3 meses y tener sus primeras crías a los 5 meses: un bebé teniendo a sus propios bebés. Este ciclo se repite en forma contínua durante todo el año.

En este escenario, una gata no castrada puede en pocos meses generar una colonia de gatos que al no interactuar con personas crecen asilvestrados, se reproducen entre ellos, y pronto se presentan problemas de olores, suciedad, ruidos molestos por maullidos y peleas nocturnas en los techos, gatos atropellados a diario en la zona, gatos que nacen con enfermedades congénitas, entre otros problemas que los vecinos comienzan a reclamar, y el Municipio debe solucionar.

El método de TNR (trap-neuter-return o atrapar-castrar-devolver) es mundialmente conocido como el único eficaz para controlar y paulatinamente disolver estas colonias.

Consiste en difundir desde el Municipio el préstamo de jaulas trampa, para fomentar la participación de los vecinos y que estos puedan ir atrapando a gatos ariscos. En estos casos, el Municipio ofrece castrarlos sin turno previo y con prioridad en el servicio municipal de castraciones.